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Una Ley que ya esperó demasiado

 

Por Gianfranco Ciccia

Derecho, Ambiente y Recursos Naturales

El mes pasado se logró concretar nuevamente, luego de casi tres años de esfuerzos de parte de la sociedad civil, la aprobación y publicación de un nuevo Dictamen de Ley Marco de Cambio Climático. Recordemos que los últimos fueron aprobados en el 2015; sin embargo, nunca se llegaron a debatir en el Pleno del Congreso.

En el transcurso de estos tres años también, el clima y sus fenómenos hidrometeorológicos (sequías, fuertes lluvias, inundaciones, heladas, granizadas) solo han servido para reafirmar que contar con una Ley en esta materia es de vital importancia para la población. A manera de ejemplo, a comienzos de año, nuestro país sufrió las consecuencias del fenómeno climático de El Niño Costero (FEN Costero).

La gran cantidad de lluvias extremas ocasionaron deslizamientos, huaicos, inundaciones, entre otros; afectando así a varias ciudades del Perú. Debemos considerar que el cambio climático causa tres efectos en este tipo de fenómenos: mayor intensidad, cambios en la frecuencia y menor capacidad de predicción por parte de la comunidad científica.

Contar con una Ley Marco de Cambio Climático permitirá al Estado, a través de la rectoría del Ministerio del Ambiente (Minam), establecer correctamente las funciones y responsabilidades de los diferentes sectores y niveles de gobierno para hacer frente y anticiparse a éste y otros tipos de fenómenos. En otras palabras, contar con un marco normativo en materia de cambio climático, le permitirá al Perú mejorar su capacidad de respuesta frente a esta problemática y encontrarse mejor preparado para afrontarla (Adaptación).

Asimismo, en materia de Mitigación, es acertado que el texto reconozca e incluya la Reducción de Emisiones derivadas de la Deforestación y la Degradación de los bosques (REDD+) dentro de su articulado. Con mayor razón si las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) generadas por Uso de Suelo, Cambio de Uso de Suelo y Silvicultura (USCUSS) representa en más del 50% el total de emisiones de GEI en nuestro país[1].

En esa línea, reconoce el carácter vinculante de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC por sus siglas en inglés) al considerarlas como un instrumento de gestión integral para el cambio climático representa otro paso acertado. Recordemos que dentro de nuestra NDC se incluye la propuesta de reducción de GEI hasta en un 30% (escenario BaU[2]) hacia el año 2030. Artículos de la Ley, como el que se refiere a REDD+, ayudan a respaldar procesos como el que actualmente se viene desarrollando a través de la Declaración Conjunta de Intención (DCI), un acuerdo voluntario de cooperación firmado por los Gobiernos de Perú, Noruega y Alemania para lograr la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero producidas por la deforestación y degradación de los bosques en el Perú o el del Fondo de Inversión Forestal (FIP), el mismo que considera cuatro proyectos integrados en un Programa, por un total de USD 50 millones. Uno de ellos es de ámbito nacional y tres son intervenciones piloto con enfoque regional que enfrentan la deforestación y degradación en los ámbitos de Atalaya (Ucayali); Tarapoto – Yurimaguas (San Martín y Loreto) y Puerto Maldonado – Iñapari (Madre de Dios).

Por otro lado, durante las últimas semanas han estallado diversos acontecimientos políticos vinculados a ese mal endémico llamado “corrupción” y que ha desencadenado la presentación de la moción de vacancia del presidente Pedro Pablo Kuczynski en el Congreso. Lamentablemente, eso ha generado que todas las miradas apunten hacia esta crisis política, dejando a un segundo plano el debate y aprobación de la Ley Marco de Cambio Climático. Si bien esta crisis tendría repercusiones en la economía nacional, hechos como el FEN Costero también ocasionaron serios impactos en nuestra economía, al punto de que hasta el día de hoy el proceso de reconstrucción continúa[3]. Asimismo, esta crisis política afecta directamente al Ejecutivo; no obstante, la aprobación de esta Ley está, a esta altura, únicamente en manos del Congreso. De ellos depende ayudar al país. Fenómenos como el cambio climático no esperan.

[1] Inventario Nacional de GEI 2012. Disponible en: http://infocarbono.minam.gob.pe/

[2] El escenario BAU (Business as Usual) nacional representa el crecimiento de las emisiones en el país, si es que los sectores productivos y económicos se comportan de la misma manera como ha venido sucediendo en el pasado; es decir, no hay un esfuerzo o inversión adicional en políticas de mitigación.

[3] Los desbordes e inundaciones debido al FEN Costero dejaron 106 muertos y 159.283 damnificados entre enero y abril, según el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN). Las lluvias también destruyeron 2.542 kilómetros de carreteras y miles de hectáreas de cultivo.

AUTHOR: iniciativabosques
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